Antigua colegiata construida sobre las ruinas de un monasterio templario, lo cual desaparece en el año
1313, tras la
supresión de la Orden del Atempero en el Concilio de Vienne (1311-1312).
Esta colegiata estaba compuesta por un abad, cinco racioneiros y un sacristán-sacerdote, y contaba con una amplia jurisdicción territorial por lo que en el año
1466 se llevó a cabo a reparto territorial entre los racioneiros, construyendo varias capillas para atender espiritualmente a los feligreses. Esto dio origen al nacimiento de las parroquias de
Ribeira, Quintela, Freixo y
Sendelle.
La dicha iglesia parroquial fecha del siglo
XIV, enmarcándose en la
transición románica-gótica. Presenta una amplia
nave rectangular con cubierta de madera y presbiterio también rectangular que se cobre con bóveda apuntada. En el interior de la iglesia, bajo el
arco románico-gótico decorado con rosetas y figuras, que da acceso a la actual sacristía se conservaba el
sepulcro en piedra de un noble, cuyo talle presenta a un hombre con bigote vistiendo el hábito franciscano, lo que indica su pertenencia a la
Orden III de San Francisco. Referente a eso, decir que en un lateral exterior de la iglesia, se encuentra pegado un
escudo que probablemente esté r
elacionado con este noble que sería lo que mandó construir la iglesia.
Será en los
años veinte, cuando la planta pase a ser de
cruz latina debido a la construcción de dos
capillas laterales. Fue en este momento cuando también se construyó el actual
campanario, existiendo anteriormente la torre del monasterio que se derribó debido a su distanciamiento con la iglesia.
La cabecera presenta sendas columnas-contrafuertes en cada muro que llegan hasta el aleiro con
capiteles de motivos vegetales. Salientable a
ventana del muro oriental de la cabecera con arquivolta oxival y columnillas con figuras zoomórficas como es una ave picando a una serpiente y un personaje sentado en cuclillas.
De su estructura primitiva se conserva por tanto, el escudo pegado al muro exterior, la ventana del testeiro de la ábside y una variada colección de modillóns que posiblemente pertenecieran a la antigua iglesia, hoy no conservada, que se situaba en las cercanías del templo parroquial.
Entre la imaginería cabe destacar la
imagen barroca de Cristo yaciente, que se complementa con
Cristo crucificado y resucitado.
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